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PENSAMIENTOS FUGITIVOS
 
Consideraciones, pensamientos, sensaciones, vivencias y fantas
Keywords | Title View | Refer to a Friend |
Hace un año
Posted:Jul 4, 2011 1:15 pm
Last Updated:Sep 27, 2016 10:17 am
3005 Views

Llegaste a mi cuando menos lo esperaba. Cargado de engaños y mentiras, de frialdad bien disimulada. LLegaste a mi vida cuando mi corazón estaba poblado de esperanzas y de amores. Y como un ciclón, imparable, llegaste hasta el origen de mi misma. Segaste la luz de mis ojos, secaste mis lagrimas. Rompiste el equilibrio de toda mi existencia, talando los árboles que me aportaban cierta frescura, horadando la tierra que pisaban mis pies.

Y todo quedo yermo. Todo sucio, seco y contaminado. Mi mejor compañía fue la soledad. Y así he permanecido, encerrada en mi misma desde hace exactamente un año.

Nada hay en estos momentos que pueda devolverme la ilusión perdida, el calor en el alma. Nada que pueda estremecerme. Nada ni nadie que pueda poblarme.

Ha pasado un año. Un año de soledad y de duelo. Ya no me duele pronunciar tu nombre. Ya....puedo hacerlo. Pero nada ni nadie podrá devolverme todo aquello que me arrebataste. Morí contigo, y después volví a nacer, y ahora soy otra persona.
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Qu hacen los sindicatos por nosotros?
Posted:Jul 20, 2010 1:38 pm
Last Updated:Sep 27, 2016 10:17 am
3100 Views

Si alguno de vosotros visto la expléndida película "La vida de Brián", aquí os dejo el enlace de un curioso video que habla sobre la labor de los sindicatos haciendo un guiño a esa preciosa película.

http://HotMatch.com.com=V4OTADEg3P0&feature=player_embedded

Espero que os resulte refrescante y os invite a la reflexión.
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Huelga General 29-S
Posted:Jul 20, 2010 12:49 pm
Last Updated:Jul 24, 2010 2:20 am
2856 Views

Vamos a la Huelga. El 29 de Septiembre. Porque las medidas del gobierno no justas. Porque es una vergüenza que los mismos que generaron este desastre, esos bancos y poderes financieros a los que nuestros gobiernos han “salvado” sin dudarlo ni un segundo, con recursos provenientes de nuestros bolsillos, ahora impongan con procedimientos expeditivos y nada sutiles, las reglas del juego, para no pagar la factura. Quieren marcharse del banquete hartos, con las tripas y los bolsillos llenos y sin pagar, pretendiendo, miserablemente, que seamos otros los que asumamos el coste. Además en exclusiva, a costa de enormes sacrificios. ¡Hay que tener el morro muy grande y la cara bien dura!.

Estamos cargados de razones. Y las vamos a explicar en miles de centros de trabajo. En miles de asambleas y reuniones. En la calle, en los medios que nos dejen….

Vamos a trabajar duro. Es posible que no nos lo pongan fácil. Los ayatolás del sistema, sus voceros, pondrán los altavoces de los minaretes de sus templos a gritar consignas contra la Huelga y contra nosotros a todo trapo. Pero no nos van a confundir. La HUELGA va a ser un éxito, en su proceso, en su realización y en sus resultados. Al tiempo
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Deseos y agua
Posted:Jul 14, 2010 4:24 pm
Last Updated:Jul 20, 2010 12:21 pm
2918 Views

Ha roto mi sueño un imperioso deseo de humedades, lujuria incontenible de los sentidos, avidez desbordante de hombre enhiesto.
Mi mente trastornada por una ola de urgente necesidad, vaga por tu cuerpo desnudo y febril. Tengo tantas ganas de follarte que no termino de decidir cómo hacerlo y salto enloquecida de un juego a otro juego. Tan sólo me guían impulsos primitivos y desaforados. Bañar mis pechos en la esencia espesa y cálida de tu deseo. Recoger cada pequeña gota con el enredo de tu lengua y la mía, que después se funden en un beso, y degustar en el cáliz de tu boca todos tus sabores. Perfumar tus rincones con el aroma de una fruta fresca y lamer el jugo que resbala por tus ingles o por la comisura de tus labios. Exponer mi sexo húmedo y abierto a tus caprichos. Deslizar por tu cuerpo ardiente mis dedos y mis labios, mis pezones, mi sexo…y moverme sinuosa hasta sentirme taladrada por tu miembro. Beber de tu boca y percibir un intenso sabor de frutas y vino.
Hambre, sed, sueño, avaricia, juego, descontrol…todo eso siento y en eso me recreo. Mis pezones parecen haber cobrado vida propia y mi sexo se dilata y se inunda esperando el impacto de tu cuerpo en el mío.
Inventar nuevos besos, estrenar nuevas miradas, sentir tus dientes clavados en mi cuello y tus manos hundidas en mi piel reteniendo mi cuerpo junto al tuyo. Cuerpos sudorosos, respiraciones agitadas, gemidos, palabras y….agua, mucha mucha agua. El olor de tu deseo...y agua.
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Entrega
Posted:Jun 21, 2009 1:33 pm
Last Updated:Jul 14, 2010 4:26 pm
3171 Views

Quise sorprenderle. Compensarle por todo lo que me da y compensarme a mi misma por poder abandonarme a otro con la tranquilidad de saberme amada y, mas que comprendida, adivinada.

Se había prendido en mi piel ese veneno poco frecuente que te liga de una forma precisa a otra persona, sin poder ponerle una etiqueta a ese sentimiento. Solo una necesidad vital y primaria de complacencia, abandono, entrega, sabiendo que no tienes que medir tus palabras ni procurar poses forzadas y artificiales. Solo tenía que ser yo misma y dejarme llevar por mis impulsos. Esos que en esta ocasión me obligaban a dejar en sus manos mi propio placer y servirle mi cuerpo, como si de un manjar se tratara, sobre una bandeja de plata que se materializaba en una amplia y confortable cama.

Ya había preparado la puesta en escena cuando se abrió la puerta, y él entró.

No podía verle. Mis ojos estaban cegados por un antifaz negro. Mis muñecas, atadas juntas con una cinta de raso roja, se sujetaban al cabecero de la cama, sobre mi cabeza. Mi cuerpo desnudo, estaba rodeado de diversos utensilios que, a modo de guarnición, se esparcían sobre la cama. Plumero, anillo, vibrador, consolador, gel de fresa…estaban dispuestos para que el hombre al que esperaba pudiera utilizarlos o no, según su entender y sus apetencias.

La luz era tenue y el ambiente cálido, sin embargo, quizás por las características del escenario, no podía evitar sentir cierto escalofrío en el vientre y mis pechos, que se denotaba por la dureza de mis pezones.

Mantenía las piernas abiertas y ligeramente flexionadas en un afán por dejar expuesto, con cierta moderación, mi sexo ya húmedo. Como una puerta entreabierta que preserva en cierto grado su interior, pero invita a visitarlo.

Sentí la puerta y fui consciente de su mirada, aún sin verla. Su exclamación tensó los músculos de mi espalda y mis piernas de entreabrieron un poco mas.

Se acercó hasta mi como un gato en celo, sigiloso, observador, olfateando el aroma de mi sexualidad. Sentía su cuerpo cercano y me preguntaba por qué se decidiría primero. Intentaba adivinar qué desearía en aquel momento. Jugar conmigo, mirarme, tocarme o penetrarme como un salvaje?

Lo primero que sentí fue el suave roce de unas plumas sobre uno de mis pechos. Jugueteaba con él, acariciándolo en círculos desde la base hasta la aureola y desde allí bajaba presto de nuevo recorriendo mi vientre, la superficie de mi sexo y la cara interior de mis muslos. Raudo subía de nuevo hasta coronar el otro pecho en donde se entretenía haciendo nuevos círculos. Desde allí saltaba al cuello, los brazos….dibujaba figuras caprichosas sobre mi piel que me estremecían y excitaban. Suspiraba!! Ufffffff. En algún momento de este fascinante juego, cuando aquellas plumas rodeaban una de mis aureolas, sentí el contacto de su boca que succionaba con urgencia aquel pezón. Una boca hambrienta y cálida que parecía querer engullir por completo ese pecho. En algún momento aflojó la presión de sus labios y su lengua y pensé que iba a retirarse, curvé mi espalda cuanto pude, levantando mi pecho hacía su boca en un intento enloquecido por mantener aquel contacto. Debió de sentir mi ansiedad, porque de nuevo se zambulló en aquél pequeño cántaro y mamó de él como si quisiera saciar una sed infinita. Mi respiración se agitaba a cada momento, mis piernas se movían nerviosas y mis caderas se contoneaban cuando sentí sus dedos explorar mi sexo empapado. Cuando sentí sus yemas separando los labios y tomando contacto con mi clítoris no puede evitar un gemido. Mis caderas se agitaron más aún y se levantaron buscando un contacto mas profundo. Su boca saltó en ese momento hasta la mía y sentí su lengua húmeda lamiendo mis labios. Después comenzó a bajar por mi cuello, mi pecho, mi vientre, en el que se paró unos instantes antes de seguir bajando despacio hasta mis ingles, y cuando su lengua se abrió paso en los pliegues de mi sexo, dos de sus dedos acariciaron la entrada de mi vagina. Dibujaron su abertura ligeramente y después, esos dedos firmes, me penetraron profundamente. Su lengua presionaba mi clítoris y sus labios lo succionaban cuando sus dedos fueron sustituidos por un consolador. Sin dejar de succionar mi clítoris, comenzó a follarme con el consolador, con firmeza, a un ritmo creciente que se sincronizaba con sus chupadas de mi sexo. Mi excitación estaba tocando techo y cuando se dio cuenta bajó el ritmo, separo su boca de mi coño, y manteniendo a ritmo lento el consolador, sentí que se acercaba a mi cara y de pronto mordisqueó mis labios. Penetró mi boca con su lengua con tanta rapidez que pareció un aguijonazo en lugar de un beso. Y volvió a zambullirse unos instantes entre mis piernas, mientras incrementaba el ritmo del consolador.

Comencé a vibrar como un instrumento de cuerda cuando lo acarician tímidamente. Yo quería ser su juguete, su placer, y sin embargo era él el que medía cada uno de sus movimientos controlando el mío. Eso me hacía desearle profundamente. Desear su piel, su contacto, su cuerpo… y amarle por cuanto me daba. Pero conociéndome tanto, sus roces eran medidos, sus besos esporádicos, y con ese juego acrecentaba mi anhelo y desataba mi urgencia.

El ritmo de su mano se tornó de nuevo mas lento, y de nuevo volví a sentir que se aproximaba hacía mi cara. Abrí mis labios esperando de nuevo el aguijón de su lengua, y en su lugar encontré su polla grande, caliente, suave, húmeda… La atrapé con mi boca y mientras la succionaba sedienta, rozaba la base de su cabeza con mi lengua. Por un momento me olvidé de su deseo y me dejé llevar tan solo por el mío, pero sus gemidos me hicieron recordar cuanto quería complacerle y me apliqué con todo el amor del mundo a hacerle sentir hasta volverse loco.

Su reacción no se hizo esperar. Entre gemido y gemido, salpicado de susurros, se apartó de mi boca con rapidez, al tiempo que retiraba de mi sexo el consolador, y me la clavó hasta el alma. Abrí mis piernas cuanto pude y comencé a resoplar, a proferir exclamaciones surgidas de un sentimiento primitivo, salvaje, casi desgarrador. Y cuando anuncié, como es mi costumbre, que estaba a punto de llegar al climax, selló mi boca con un beso, y mientras sentía su lengua jugar en mi boca, sentí esa dulce descarga eléctrica recorriéndome y su polla deshaciéndose en mi interior.

Todavía no se había detenido aquella locomotora desbocada cuando retiró el antifaz de mis ojos. “Tengo que ver tu mirada”, me dijo. Un momento después desató aquel lazo rojo que retenía mis manos al cabecero de mi cama y pude abrazarle. “Te quiero”, le dije, sin pronunciar palabra.
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Al coleccionista de sexo
Posted:Feb 12, 2009 4:23 pm
Last Updated:Jan 24, 2010 11:05 am
3289 Views

"Querido coleccionista: Le odiamos.

La sexualidad pierde su fuerza y su magia cuando se hace explícita, automática, exagerada, cuando se convierte en una obsesión mecánica. Llega a ser aburrida. Usted nos ha enseñado mejor que nadie lo erróneo que es no combinarla con la emoción, la sed, el deseo, la lujuria, los antojos, los caprichos, los lazos personales, las relaciones más profundas, que cambian su color, su sabor, sus ritmos y sus intensidades.

No sabe usted lo que pierde con su análisis microscópico de la actividad sexual y la exclusión de todo lo demás, sin el combustible que la enciende: lo intelectual, lo imaginativo, lo romántico, lo emotivo.

Es todo esto lo que da a la sexualidad sus sorprendentes texturas, sus sutiles transformaciones, sus elementos afrodisiácos. Usted reduce el mundo de sus sensaciones. Lo está marchitando, lo hace pasar sed, lo deja sin sangre...

No hay dos pieles que tengan la misma textura, nunca hay la misma luz, ni la misma temperatura, ni las mismas sombras, ni tampoco el mismo gesto; porque el amante, cuando está encendido por un verdadero amor puede recorrer la interminable historia de tantos siglos de cuentos de amor. Una enorme gama, enormes cambios de época, variaciones de madurez e inocencia, perversidad y arte, animales graciosos y naturales."

Anais Nin
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Donde est
Posted:Jan 13, 2009 4:45 pm
Last Updated:Jan 4, 2010 11:23 am
3506 Views

Me voy a permitir exponer un pensamientos polémico. Seguro que mas de uno se dará por aludido. No es mi intención ofender, sino mas bien invitar a una reflexión.

Cuando me apunté a esta página pensé, quizás ingenuamente, que en ella encontraría el lugar adecuado para relacionarme y conocer a HOMBRES si tabues, de mente abierta. Hombres auténticos, sin dobleces, sin mentiras ni engaños con los que establecer ese tipo de relación integral en la que se pueden plantear, además de otras cuestiones, una sana y placentera relación sexual.

Nada mas lejos de la realidad!! Salvo muy dignas excepciones, la experiencia acumulada hasta el momento me hace llegar a la conclusión de que los hombres de esta página no se diferencian en nada respecto de los que podría encontrar en una catequesis. La misma hipocresía y los mismos métodos que empleaban mis abuelos, los que imperan por estos lares. Ya me lo decía mi madre: "ten cuidado hija que los hombres...muchos prometer, hasta meter.."" Y yo discutía con ferocidad ese pensamiento, porque entendía y entiendo que el sexo no es una isla en la vida de una persona, ni un fin en si mismo, sino una parte mas de las relaciones humanas que viene a complementarlas y coronarlas con un broche de intensa estimulación sensorial.

Por desgracia, parece que la mayor parte de los hombres, también en esta página, entienden el sexo como un fin en si mismo, y al margen de cualquier tipo de relación. Es algo así como un ejercicio practico de anatomía forense, exento de cualquier tipo de interación que no esté circunscrita a la mera estimulación corporal. Entendido así y con el fin de evitar los obstaculos que se les plantean para llegar a la ansiada meta, prometen viajes, cenas románticas, técnicas orientales...y todo un sinfin de atractivos aderezos que tras la cópula se esfuman como por arte de magia, y dejan tras de si, el mas absoluto mutismo, hasta la siguiente ocasión en la que requieran de los mismos servicios.

Visto así el panorama, tengo la sensación de que un nutrido grupo de usuarios, entran en esta pagina buscando servicios sexuales, de la misma forma que los buscan otros hombres en la prostitución, pero con dos grandes ventajas: una, que les sale gratis, y dos que su ego sale tremendamente reforzado al tener la constancia de su capacidad de seducción.

En realidad lo que creo es que incluso nuestra sexualidad, algo tan propio y personal, tan placentero, está siendo influenciada por esta insaciable sociedad de consumo. Una sociedad en la que nos educan en la competitivad y los hábitos compulsivos. Da igual si se trata de abrigos, coches, casas o amantes, el caso es tener mas y mejor que el vecino de todo eso, e intentar encubrir con multiples aderezos nuestras grandes y profundas frustaciones. Mientras tanto nos olvidamos de las cosas mas importantes que las que dan sentido a nuestras vidas.

Solo me resta decir que si hablo del genero masculino, no es sino porque mi condición heterosexual, no me ha permitido conocer el comportamiento de mis compañeras de género. Seguramente muchos de vosotros, estaréis dispuestos a hacerme una exposición bien detallada de vuestras experiencias. Serán bien recibidas!! Y reitero, que mi fin último no es la crítica, sino la reflexión.
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Encuentro en la Red
Posted:Dec 25, 2008 3:31 pm
Last Updated:Jan 29, 2009 3:08 pm
3126 Views

Siempre había deseado conocer gente nueva y por eso empecé a chatear. Lo que no sabía era que en el chat encontraría casi de todo, pero especialmente propuestas sexuales.

Muchas de ellas eran vulgares, burdas y por tanto carentes de interés, pero sin embargo tuve la oportunidad de conocer alguna personas de mentes despiertas y conversaciones interesantes, no por ello carentes de cierto contenido sexual.

Esas nuevas “relaciones” siempre se desarrollaban con el mismo patrón: charlita amigable en el chat, para pasar después a un contacto mas personal y directo en msn. Si la cosa marchaba, el siguiente paso eran los números de teléfono, algunas conversaciones calientes y después una cita.

La cita siempre se planteaba con la premisa de conocerse personalmente, tomar algo, charlar y después ya se vería lo que podría surgir.

Con estos patrones acudí a un número importante de encuentros que, en su gran mayoría, finalizaban tras terminarse la cerveza o el café, aunque algunos terminaban con algún contacto mas intimo, no siempre satisfactorio, la verdad.

Nunca me había planteado la posibilidad de tener un encuentro con alguien a quien no conociera mínimamente, y desde luego en ningún caso se me paso por la cabeza tener una cita sexual con un total desconocido. Tanto por miedo real de toparme con un descerebrado, como por el miedo a que esa persona no cubriera mis expectativas.

Aquel día, como cualquier otro, entre un momento a chatear y me tope con un chico de 27 años, cuya foto del perfil, mostraba a una persona de aspecto aniñado con pelo largo y cara de no haber roto un plato en su vida.

No se muy bien cuantas palabras llegamos a intercambiar, ni cuanto tiempo nos llevo, pero si se que fue excesivamente corto cuando ya nos habíamos intercambiado los teléfonos y habíamos hablado de vernos.

No se muy bien tampoco lo que me impulso a ponerme en contacto con el para fijar un lugar de encuentro al día siguiente, pero lo hice.

Quedamos en una esquina de Sol, a media tarde. Ya pasaban cinco minutos de la hora fijada, cuando recibir una llamada suya para decirme que ya estaba llegando. Me comento que ya me veía, pero yo miraba a mi alrededor y no conseguía descubrir a nadie susceptible de ser él.

Al poco rato, recibí un mensaje suyo en el teléfono:

“Mira a tu izda. verás un local llamado X entra y sube a la planta de arriba. Te espero en los aseos de mujeres que casi siempre estas vacios”

No me lo podía creer. Habíamos quedado solo para tomar algo y conocernos. Pero era evidente que él tenía otros planes bien distintos.

Me lo leí un par de veces. ¿Qué me encontraría alli? Como sería él? Sería una persona de fíar? Un sádico? Un hombre encantador? O un ser repugnante? Olería bien? Sería cariñoso? Soez?

El local era grande y con gran afluencia de gente. Eso me sirvió como excusa para convencerme de que no corría peligro. Y entré.

Cuando me encontré frente a los aseos, me lo pensé de nuevo un instante. Abrí la puerta y vi que dentro había dos cabinas. Una de ellas se abrió y tímidamente asomó la cara de un chico que no aparentaba mas de 20 años. De cuerpo delgado, corte de pelo desigual y llamativo. Un pearcing en la ceja. Vestido con unos pantalones vaqueros anchos y una camiseta de algodón gris.

Enseguida me cogió de la mano y me metió dentro.

Cuando estábamos frente a frente se llevó un dedo a la boca pidiéndome silencio y empezó a besarme.

Mientras me besaba desabrochaba mi camisa y con cada botón, sus labios se deslizaban por mi cuello, mi escote, el nacimiento de mis pechos. Retiró el sujetador con cierta delicadeza, dejando al aire mis pezones que chupó con avidez.

Su boca se detuvo allí, pero sus manos inquietas buscaron el cierre de mi pantalón. Con bastante habilidad lo desbrochó y lo bajó ligeramente al mismo tiempo que mi tanga. Flexionó sus rodillas para continuar desnudándome de cintura para abajo, y al agacharse su boca se detuvo en mi sexo. Una suave lengua se introdujo entre mis labios vaginales buscando mi clítoris. Solo estuvo allí el tiempo suficiente para retirar la ropa. Se levantó de nuevo y volvió a besarme los labios, el cuello... Girándome lentamente me beso en la nuca y me puso de espaldas a el contra la pared. Separó mis piernas y me acaricio el sexo. Lo encontró mojado. En aquel momento estaba segura que de iba a penetrarme, pero para mi sorpresa, de nuevo se arrodilló y comenzó a lamerme desde atrás. Lamió todo mi sexo y también mi ano con cierta parsimonia. Yo sentía su lengua cálida y suave, y sacaba mi culo cada vez mas para facilitar su contacto.

Estuvo así largo rato y después me penetró. Me agarraba las caderas para atraerme hacia si y agarraba mi cabello suavemente para girarme la cara y poder verme.

Después se sentó sobre la taza del WC y yo me senté encima de él. Comencé a moverme buscando mi propio placer y creo que fue entonces cuando escuché su voz por primera vez: “Así nena, muévete así” Su voz era un tenue susurro cargado de deseo.

Así llegamos los dos al orgasmo. Al mismo tiempo.

Cuando salimos de allí, nos fuimos a tomar algo y charlar. ¡El mundo al revés! Resulto ser un chico de carácter apacible y voz queda, gustos sencillos, amante de su familia y con inquietudes musicales.

Debíamos encontrarnos a gusto, porque después de la charla nos fuimos a una habitación.

En aquella habitación, el numerito del aseo se quedó tan solo como un juego de niños.

Me lamió, beso, miró y toco generosamente todo el cuerpo. Nos masturbamos uno frente a otro, mirándonos con lujuria. Le agradaba hacerme saber lo que le gustaba. Y por eso precisamente, se tumbó sobre la cama y me pidió que me pusiera encima de él. -"Fóllame nena. Asiiii. Me gusta mucho como lo haces"-

Tras una buena sesión de sexo, estuvimos tomando algo sobre la cama y charlando. Estábamos relajados y había buena onda.

Cuando salimos de allí, nos despedimos en medio de la Puerta del Sol con un jugoso beso en la boca.

Esa misma tarde recibí un mensaje suyo haciéndome saber sus sentimientos por una chica y eso me enterneció. Comprendí que además de sexo habíamos conectado lo suficiente como para hacerme partícipe de sus inquietudes.

Despues de aquello, tuvimos algunos contactos directos y telefonicos. Nos hemos dado placer de muy diversas formas, pero también hemos charlado largo tiempo compartiendo sentimientos muy personales e intimos. Desengaños, amores perdidos, alegrias, y todas esas profundas emociones que marcan nuestra vida.

Aquellos encuentros siempre estuvieron presididos por la certeza de la autenticidad, camaradería y cierta clase de amor, plagado de imaginación y morbo. Cada encuentro se hizo único e irrepetible. Y cada uno nuevamente interesante. Pero eso es ya otra historia.
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Letargo
Posted:Dec 20, 2008 5:49 am
Last Updated:Apr 16, 2010 6:20 am
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Parte Primera

Letargo. Esa aparentemente inocua palabra había regido mi destino durante los últimos meses. Esa palabra que a priori me recuerda a alguno de los documentales de La 2, se había ido a apoderando, casi sin darme de cuenta, de toda mi existencia. Mi alma, mi mente, mi cuerpo habían pasado a un nuevo estado de bajo consumo. Lo mínimo imprescindible, para cumplir con las mínimas funciones necesarias para sobrevivir en mi entorno. ¿Para que gastar más? Al fin y al cabo los acontecimientos sobrevenidos pesaban tanto sobre mi ánimo y copaban una parte tan importante de mi vida….Eran tan inevitables!!! Así que por lo que se ve, y de una forma totalmente involuntaria, todo mi organismo había decido, sin mi consentimiento, reservar sus energías para mejor ocasión. Eso tenía sus ventajas, desde luego. Me situaba en un estado de cierta insensibilidad que me ayudaba a no pasarme las horas lamentando mi destino entre sollozos. Al fin y al cabo, de eso se trataba: de esperar mejor momento para aguzar de nuevo mis sentidos, alertar mis sentimientos y paladear esas pequeñas cosas que, en definitiva, cuando las sumamos, las que nos hacen felices. Así que adiós a mi ingenio, au revoir a mi líbido, bye bye a mi buen humor….¡¡Hasta luego!!

Entre unas cosas y otras, los días se habían sucedido por las semanas, después los meses… el año….y entonces fue cuando tomé conciencia de pequeños detalles que habían cambiado en mi interior, quizás para siempre. La falta de proyectos, de sueños, deseos….No estaban!!! Habían desaparecido sin dejar rastro. No había un aplazamiento. En su lugar se había acomodado una especie de vacío, un espacio gris, una neblina, que tan solo se asomaba de cuando en cuando a través de una mirada triste o unas pequeñas arruguitas en los ojos que habían aparecido en cuestión de poco tiempo, como por arte de magia. La piel, siempre tersa y suave, uno de mis contados motivos de orgullo, había dado paso a una piel gruesa, fría y blanda. Al menos así la percibía yo.

-“No!, no! No!. No puede ser!!! Tengo la sensación de que este proceso empieza a no tener vuelta atrás. Es posible que si sigo dejando pasar el tiempo sin hacer nada, luego sea demasiado tarde-

Brilló un pequeño lapsus de energía y fue entonces cuando supe que tenía que hacer algo para cambiar mi realidad, aunque fuera tímidamente. Eso sí, una cosa es pensarlo y otra muy diferente invertir la inercia que nos arrastra. Así que tras haber tomado tan resuelta decisión aún tuvieron que pasar algunas semanas para doblegar a mi pereza y comenzar a dar tímidos pasos en busca de mi resurrección.

No tuve mucha suerte. Después de tamaño esfuerzo fui a dar con dos hombres que no mostraron el mas mínimo interés por mi persona a pesar de dejar constancia de que no les importaría mantener conmigo una sesión de gimnasia en posición horizontal. Que ilusos!!! Pretender compartir conmigo una sesión de sexo, cuando mi líbido había pasado a mejor vida y ni tan siquiera habían dedicado ni un momento a intentar reanimarla. ¿¿Es posible que pensaran que exclusivamente por su palmito las mujeres de cualquier condición estaban llamadas a postrarse de rodillas suplicantes?? La verdad es que me da un poco igual la respuesta, pero si que es cierto, que, después de tanto esfuerzo por imprimir un nuevo ritmo a mi vida, volví a casa en ambas ocasiones con la tentación de abandonar el proyecto, rondándome la cabeza. Pero finalmente decidí ponerle algo más de empeño. Repasé la maldita agenda buscando el hombre adecuado para reanudar mi vida social y evitar así los riesgos que comportan los nuevos conocimientos. Ufff!!! Menuda tarea!!! Ninguno me parecía apropiado. Demasiado joven, demasiado loco, demasiado pijo, demasiado cutre….hummmm. ¡¡Bingo!! Por fin encontré uno!!! Y además es ideal, maduro, pero no demasiado, educado, simpático, hijos ya criaditos, sin estrecheces económicas, y atractivo. ¿Qué más se puede pedir? Claro que hacía más de dos años que no habíamos tenido ningún tipo de contacto y encima por decisión mía. Un maldito ataque de orgullo infantil de esos que me complican tanto la vida. Hice acopio de valor, y después de pensar mil veces cual sería la mejor manera de ponerme en contacto con él, me decidí por un sms. La respuesta no se hizo esperar: ¿¿quien eres??? Horror!!! A borrado mi número de teléfono!! Tragué saliva y le conteste de forma escueta con mi nombre y un -"¿me recuerdas?"-. Al momento me estaba llamando. Mantuvimos una charla cortés durante unos minutos en los que de forma sucinta le expliqué que yo había fallecido durante unos meses y ahora estaba de nuevo en la fase de resurrección. Como no podía ser de otra manera en él, me hizo saber lo mucho que le agradaba volver a hablar conmigo y lo mucho que sentía mi situación personal. También con la misma educación me informó de lo muy ocupado que estaba con el trabajo durante la semana y de la imposibilidad de quedar los fines de semana porque había decidido desde hacía algún tiempo pasarlos todos fuera de su casa. Creo que también por pura cortesía me prometió, no obstante, que en cuanto pasaran unas semanas ya me llamaría cuando tuviera un hueco para tomar un café. Desinfle total de nuevo. ¿¿Y ahora a quien leches llamo yo???

La suerte por fortuna me sonrío, cuando mis esperanzas empezaban a disiparse. Un antiguo amigo con el que mantenía contacto fundamentalmente a través de correo electrónico, me comentó que tenía previsto correrse una juerga con un buen amigo y me invito a buscar una amiga y unirme a la fiesta. La operación “amiga” me costó lo suyo, eh? Tenía que buscar una mujer agradable para ellos y para mí, con cierto atractivo y carácter jovial, dada la edad de los partenaires, y que confiara en mí lo suficiente como para aceptar salir con dos tíos a los que no conocía de nada. Claro que conocía a una persona de esas características, pero…lo difícil fue encontrarla en las circunstancias adecuadas para que pudiera aceptar la proposición. Finalmente la cita se materializó y salimos a cenar los cuatro.

Antes de empezar a relatar el encuentro he de poner encima de la mesa el precedente, creo que importante, de mi relación con ese amigo. Lo de amigo es por decirlo de algún modo, porque en realidad nos habíamos visto unas tres o cuatro veces en el transcurso de 2 años. Salvo en la primera, en la que yo, por mi reciente separación me comporté como una Mata Hari de tres al cuarto, en los demás encuentros, quizás incitado por mi comportamiento de la primera cita, intentó, sin resultados, retozar conmigo a la menor oportunidad. En su favor he de decir que, en ningún caso insistió y en todas las ocasiones se mostró conforme, al menos aparentemente, con el fiasco de su intentona. Si se fue molesto a casa, no lo dejó traslucir y nunca suspendió por ello su comunicación cibernética conmigo.

Dicho esto, volvemos a situarnos en el momento de la cena. Habíamos quedado en la puerta de un restaurante sencillo del barrio de las letras, y en la misma puerta hicimos las presentaciones. Me sorprendió muy positivamente su amigo. Era atractivo, con pelo abundante y ojos chisposos. Sonrisa cálida, natural, y expresión amable. De mi amigo percibí su perilla corta y bien dibujada y su olor.

Pasamos al restaurante y de forma natural se formaron las supuestas parejas. Mi amigo, al que en lo sucesivo llamaré Antonio se sentó junto a mí, y los amigos de ambos, en frente. Me gustó que las cosas fueran así. Eso me daba la oportunidad de observar con más detenimiento al otro partenaire y también de sentir la proximidad de Antonio.

Se por experiencia que cuando se junta un pequeño grupo en el que casi nadie se conoce, se tarda un poquito en romper el hielo. Este no fue el casó. El hielo nunca estuvo presente. La conversación discurrió de forma distendida entre risas, pequeñas historias, bromas….El ambiente entre los cuatro no pudo ser mas distendido.

No se si fueron las risas, la copita de moscatel que me tomé con el postre, o la compañía de dos hombres jóvenes y atractivos. Quizás fueron las tres cosas. El caso que es que en algún momento de la noche empecé a sentir como aquellos témpanos de hielo que habían colgado de mi alma se iban deshaciendo poco a poco. Creo que habían desaparecido cuando entramos en un local de la calle huertas a tomar una copa. Allí las risas subieron de tono, y a todo lo anterior se añadió la música, el ron, la menta…El agua de los témpanos deshechos ya se había evaporado y a cada risa empecé a tomar conciencia de todas esas partes de mí que habían permanecido en estado de letargo. Con cada roce fortuito, percibí que mis sentidos habían vuelto a ponerse en marcha. Tenía a Antonio a mi lado y a cada momento sentía su aroma, el calor de su cuerpo. Posé mi mano sobre su brazo descuidadamente, como un simple gesto, y, sentir la tensión de sus músculos a través de su camisa, me estremeció. ¿Qué estaba pasando? Estaba saliendo de mi letargo?? Tomé conciencia de rincones, olvidados hacía tiempo. Notaba la calidez de mis muslos, la textura de mis pezones oprimidos por el sujetador, mi vientre firme, mis respiración profunda, mi sexo… ¿húmedo? Había despertado de nuevo a la vida!!! Siiii. Mi pulso se aceleraba a cada momento y mi sangre enloquecida se agolpaba imparable en algunos de mis rincones. Era igual que un torrente palpitante y lo sentía golpear con fuerza entre mis muslos y en mi pecho, en mi garganta. Intentaba hacer esfuerzos por controlarlo, pero no podía y mis ojos buscaban su cuello, el nacimiento de su pecho, sus labios. Mis manos ansiaban por tomar las suyas y guiarlas a mis labios, a todos ellos. Mis piernas se cruzaban furiosas en una barata emulación de la presión que querrían sentir abrazándose a ese cuerpo cercano. No. Ya no podía evitar aquel desenfreno, pero…hacía tanto tiempo. No me habría gustado por nada del mundo consumir esa pasión sin darme tiempo casi a saborearla. Tenía que agotarla poco a poco, prolongando cada momento.

Por eso, no quise comerme con ansía aquella boca. En su lugar preferí acercarme lentamente a su cuello y besar su clavícula con mi boca entreabierta. Retirarme y decirle con mis ojos cuanto le deseaba, antes de volver a aproximarme. Lamer tímida y lentamente la comisura de sus labios. Pasear mi lengua entre pequeños mordisquitos arriba y abajo, para terminar pegando mi boca a la suya como una lapa. Sedienta. Buscando su lengua nerviosa y cálida.

-"Para!!!! Para!!! No te precipites. Disfrútalo. Despacio."-

Me tomé un respiro y tomando una prudente distancia le miré profundamente con una leve sonrisa, pero aquella mirada debió de ser interpretada como una invitación porque sus brazos rodearon mi cintura con firme delicadeza y me atrajo hacia si para besar mi cuello. Mientras me besaba sentí deslizarse una de sus manos por mi espalda y mi costado, hasta llegar a la base de uno de mis pechos. Deseaba tanto que lo acariciara que tomé su mano y la conduje hasta la cima, apretándola suavemente. Él deslizó su dedo índice por el borde de mi escote y comenzó a bucear poco a poco bajo la ropa. Se aproximaba al pezón lentamente y yo ansiaba su contacto. En mi mente se sucedían imágenes y deseos enloquecidos, primitivos, incontenibles. Casi sin darme cuenta me ví ante él gateando desnuda, lanzándole miradas incitadoras. Nada me había excitado tanto como verle desnudarse apresuradamente y seguir el olor de mi sexo gateando. Como un perrito, verle aproximarse por detrás y yo abrir bien mis piernas y curvar bien mi espalda para dejar a la vista mi coño húmedo. Sentir su lengua penetrándome, bebiéndome y yo abrirme más y más ofreciéndoselo todo. -"Móntame, vamos, fóllame. Enséñale a este coño quien es su dueño"-. Aún no había terminado de decirlo cuando le escuché: -"Nos vamos?? Es un poco tarde, no??"- Y de repente percibo que los demás asienten con la cabeza.

Abro bien los ojos. El local está atestado de gente y el murmullo y la música han elevado su nivel. Antonio está junto a mí y me mira fijamente. Ni siquiera se si me desea. Vaya!!! Tengo que aprender a no soñar despierta.

Parte Segunda

Nos acompañaron hasta el coche, tras ofrecerse a llevar a mi amiga hasta su casa. -"Creo que ella les gusta más que yo"-. Pero yo prefería que viniera conmigo para poder cerrar la noche con algunos comentarios.

Al despedirnos, me pareció percibir cierto brillo animal en la mirada de Antonio, pero el hecho de marcharse tan temprano, me hizo pensar que habían sido imaginaciones mías.

Tras la despedida le pregunte a mi querida amiga, que tal lo había pasado y que opinión le habían merecido tanto Antonio como su amigo. Las dos coincidimos en que había sido muy agradable su compañía. Realmente lo habíamos pasado muy bien, quizás por eso se nos había hecho tan corta la salida. Antonio me había dicho en su día que había quedado con un amigo para salir a quemar Madrid, pero en realidad no habíamos llegado ni a calentarlo. A mi amiga le extraño que se retiraran a una hora tan temprana y ambas convinimos en que, ante la posibilidad de que el encuentro fuera un fracaso, quizás habían previsto una segunda parte de la velada, ya sin nuestra presencia.

A través de los comentarios que hicimos nos dimos cuenta de que ambos dos, cada uno por sus motivos, tenían una carga de atractivo que no solo erradicaba en su físico. Uno tenía un gran sentido del humor y una mirada cambiante, a ratos cálida y a ratos traviesa y el otro, cierta masculinidad primitiva, que se abre paso a codazos en su carácter educado y caballeroso.

Dejé a mi amiga en su casa y tomé el camino hacía la mía presa de una gran excitación y una gran desgana. Cuando recibí un mensaje de móvil, soñé de nuevo que era Antonio para citarme en algún lugar tranquilo en el que poder dar rienda suelta a todos mis deseos. Efectivamente era él, pero no me citaba en ningún lugar, tan solo me hacía saber que me había encontrado guapa y sensual. Flaco favor me hizo. Si ya me encontraba bastante excitada, ese mensaje fue como echar leña al fuego. Por mi mente pasaron mil posibilidades antes de contestarle.

Entre mensaje y mensaje, llegué a casa y me metí en la cama. Cerré los ojos y sentí mi sexo palpitando, hinchado, clamando por sentir una boca, unos dedos, una polla calida. No quise tocarme. Imaginé que abría mis piernas y separaba mis labios con los dedos, ofreciéndoselo a Antonio. Imaginé su lengua succionando y sus dedos acariciando la entrada de mi vagina. Mi deseo crecía mas y mas, pero él se tomaba su tiempo. Yo acariciaba su cabeza y la presionaba suavemente hacia mí. Agarraba su cabello y tiraba de él con delicadeza hasta tener su boca al alcance de la mía. Sentía mi sabor en sus labios y su lengua, y eso me excitaba aún más. Casi sin dejar de besarle le suplicaba que me follara. Necesitaba sentirle dentro. Pero él contestaba: -"Aún noooo. Quiero beberte entera"-. Y mordisqueando mi cuello y mis pezones, volvía a sumergirse en mi sexo mojado. Cerré los ojos. Sentía esa pequeña carga eléctrica que se iba acrecentando en mi vientre. Subía y bajaba por mi espalda, desde mi clítoris hasta mis pezones. Fue entonces cuando sentí su polla en mi sexo, empujando lenta y firmemente. Sentí su glande ardiendo abrirse paso entre mis labios. Se deslizaba con facilidad. Cuando ya me había penetrado casi completamente, sentí su acometida llena de deseo y emití un gemido. Mis ojos seguían cerrados cuando sentí otras manos que asían las mías y las sujetaban a ambos lados del cabecero de la cama. Mi excitación creció aún más. En ese momento Antonio empezó a follarme con intensidad, como un loco. Yo estaba a punto de correrme y así se lo hice saber entre gemidos. Pero él estaba decidido a llevarme hasta el límite, y, cuando más deseaba sus envestidas, se paró en seco. -"Por favor, sigue, sigue,…Fóllame, Fóllame"- le suplicaba y casi podía imaginar una sonrisita triunfal en su rostro. Se apartó de mí, y volvió a hundir su boca en mi sexo. Cada roce de sus labios y su lengua me hacían estremecer. Yo curvaba mi espalda y levantaba mis caderas buscando su contacto. Lamía, succionaba, chupaba, besaba, me follaba con la lengua y de tanto en tanto se paraba. Me sentía observada, pero yo seguía con los ojos cerrados. Fue entonces cuando se rompieron todos mis esquemas y una gran sorpresa dio paso a una nueva excitación. De forma casi simultánea sentí una boca y una lengua jugando con mi sexo de nuevo, al tiempo que otra boca succionaba mis pezones. -"Dioss!!! Que sensación tan increíble!!"- No sabía ya donde fijar mi atención. Los placeres de ambas bocas no se sumaban, se multiplicaban y electrizaban cada rincón de mi ser. Quise abrir los ojos y atisbe junto a mis pechos al amigo de Antonio, al que para facilitar el relato llamaré Luis, pero no pude ver nada mas. Con gran maestría me vendó los ojos con un pañuelo. Y así, con las manos atadas y los ojos vendados quedé a merced de los dos.

Si no me equivoco creo que Luis comenzó a besarme la boca, el cuello, y de nuevo los pechos, mientras volvía a sentir la polla de Antonio penetrándome despacio. Yo abría mis piernas cuanto podía para recibirle, levantaba mi pecho buscando el contacto de Luis, entreabría la boca y sacaba la lengua, deseando saciar mi sed. Mis deseos fueron atendidos con suma rapidez. Antonio me follaba ahora como un verdadero salvaje y mi lengua encontró por fin lo que buscaba, una jugosa polla, dura, húmeda y caliente, que lamí satisfecha, saboreando cada gotita de su apetitoso jugo. Cuando mi boca y mi sexo estaban colmados de placer, sentí la boca de Antonio, mordiendo mis pezones, y entonces estallé. Creo que no fue un orgasmo, fueron millones de descargas eléctricas que se irradiaban desde mi clítoris hacía todos los rincones de mi cuerpo al tiempo que sentía como inundaba mi vagina un pulsante chorro de semen caliente. Fue tan intenso, prolongado y profundo que a partir de ese momento perdí la noción del tiempo y el espacio. Me abandone absolutamente y ya no quería saber quién y donde, solo quería sentir. No puedo estar segura, ni me importa, de quien me folló a continuación. Quizás pasaron horas o tal vez minutos. Solo sentía movimientos en mi alrededor, bocas y sexos, mi coño abierto y dispuesto para aquellos dos hombres, mis pezones erectos deseando ser chupados y mi boca siempre abierta deseando saborear cada gota de deseo.

No se bien quien me estaba follando en ese momento, ni podría garantizar de quien era la polla que palpitaba en mi boca a punto de correrse. Sentía en mi paladar la mezcla de su jugo y el mío, y solo deseaba que mi boca rezumara de ese dulce líquido al igual que ya rezumaba mi sexo. Estaba a punto de correrme de nuevo. No se cuantas veces me había corrido ya en aquella increíble experiencia. La dos pollas que tenía dentro de mi palpitaban y yo sentía que no podía aguantar mas. Por fin, lo habíamos conseguido!!! Los tres empezamos a gemir como locos. Jadeábamos, nos movíamos de forma convulsa y…

...Pi, pi, pi, pi, pi, piiiiii……..Oh, nooooooo. El despertador!!! Es la hora de ir a trabajar. De nuevo todo había sido un sueño. Este cerebro mío siempre me juega malas pasadas.
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Eres...
Posted:Dec 19, 2008 6:39 pm
Last Updated:Jun 23, 2009 4:50 pm
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Eres la dulzura de un beso en la mañana
La calidez de un rayo de sol furtivo
La alegría de una fuente que mana
La luz de un gran arco iris
El abrigo de mi alma
Eres dulzura, calidez, alegría, luz , abrigo.... y no lo esperaba

Eres la noche poblada de estrellas
Ese día plácido de primavera
Una tarde dormida
Una mañana inquieta
Eres una noche, un día, tarde y mañana que despierta

Quiero bañarme en tus aguas
Calentarme en tu Mirada
Refugiarme entre tus brazos
Sentir esa piel tan cálida
Dormitar, balancearme

Gemir, romperme en pedazos
Estallar en mil palabras
Desbocar nuestros caballos
Sentir que no importa nada
Ya no hay tiempo
No hay espacio
Solo tu voz ... tu mirada
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Mi fantas
Posted:Dec 4, 2008 1:49 pm
Last Updated:Jan 29, 2009 3:04 pm
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Me gusta alimentar mi pasión lentamente a través de todos mis sentidos, el oído, la vista, el tacto, el olfato y el gusto. Paladeo cada uno de ellos, y con cada uno siento crecer en mi interior un fuego que me quema y estalla en una ola de deseo incontenible, lujurioso y salvaje.

Por eso cuando esté contigo, te daré a probar mis labios, pegando mis pechos a ti y llevando tus manos a ellos para que notes mis pezones duros a través de la ropa. Dejaré que sientas mi cálido aliento y mi lengua en tu cuello cuando toques fugazmente mi cálido sexo. Descubrirás entonces que en su interior están colocadas unas bolas chinas y tendrás la certeza de que estoy bastante preparada para recibirte y para que me disfrutes. Todo eso tan solo será un canto de las delicias que estarán por venir, una promesa de placer inagotable que, inexorablemente podrá en marcha tu sexualidad.

Después te vendaré los ojos, y te desnudaré despacio susurrando a tu oído como siento cada parte de mi cuerpo con cada prenda de ropa que cae al suelo. Quiero que tu me desnudes al mismo tiempo y escuchar de tus labios que efecto te produce cada rincón de mi cuerpo. Así sin verme, voy a llevarte a la cama empujándote suave pero firmemente con mis labios y mi lengua.

Una vez allí voy a atar tus muñecas a la cama, y así viéndote a merced de mis caprichos te sentirás excitado y vulnerable al mismo tiempo.

Teniéndote así, comenzaré a alimentar mis sentidos uno a uno.

Recrearé mi vista contemplando tu cuerpo desnudo y anhelante, tu boca entreabierta, tu sexo hinchado y brillante y no podré evitar aproximarme a ti para lamer tímidamente tus labios, tu lengua, tu cuello. Bebiéndome tu aliento, y deteniéndome a cada momento para captar el aroma de pelo, de tu pecho, de tu sexo.

Y, mientras baño tu cuerpo con pequeños besos y caricias, te diré que necesito que me digas, como solo tu sabes hacerlo, cuanto me deseas y cada una de las cosas que quieres hacer conmigo, recreándote con cada detalle.

Estoy plenamente segura que tras oír tu voz, me montaré encima de ti y podrás notar mi sexo caliente encima del tuyo.

Paseare mis pechos por tu pecho, y los aproximare a tus labios, invitándote a lamerlos. Te pediré a cada instante que me ofrezcas la lengua sin que sepas en ningún momento que parte de mi estará a su alcance. Puede ser mi lengua, mis pezones....

Bajaré despacio, besándote hasta que tu durísima polla se encuentre entre mis pechos y la frotaré con ellos. Subiendo y bajando, lamiendo la punta a cada subida. Sintiendo sus jugos en mis labios y en mi lengua. Captando su dulce sabor.
Y desde allí, de nuevo a tu boca. -¿Quieres probar tu sabor en mis labios? Dame tu lengua amor. ¿Te gusta? Ahora estoy muy mojada. ¿Sientes mi calor y mi humedad? ¿Quieres probarme? Dime cuanto lo deseas-

Con tu boca en la mía, me acariciaré el clítoris, y me meteré los dedos. Podrás oír ese sonido que ya escuchaste un día por teléfono. Es el sonido de mi deseo, de mi sexo preparado para recibirte, pero aún tendrás que esperar un rato.

Y así, sin retirar mi lengua de tu boca te voy a meter también mis dedos mojados para que los chupemos juntos tu y yo. Tu lengua y la mía, jugueteando, peleando por cada gota de mi sexo.

Creo que en ese momento me suplicarás que te suelte. Me dirás que quieres follarme como una bestia. Romperme con tus embestidas. Pero todavía tendrás que esperar.

Tendrás que esperar a que yo sacie mi deseo, porque ya no podré soportar mas tenerme a mi merced y no disfrutarte mas intensamente.

Colocaré tu polla en mi clítoris y la dejaré allí quieta para que lo sientas palpitar y muy despacio me meteré la punta para que puedas sentir mi calor abrasador. Pero cuando empieces a moverte, a empujar hacia arriba, me retirare para darme la vuelta y metérmela en la boca de nuevo mientras aproximo mi coño a tu boca.

Cada vez que extiendas tu lengua y roces mi clítoris, mi boca succionará, y presionará con los labios y la lengua. Metiéndomela cada vez mas adentro hasta engullirla por completo, Y cuando esté así, quiero que me lamas, me chupes, me metas la lengua, presiones con ella hasta que me corra en tu boca.

Entonces habrá llegado tu momento. El momento de soltarte y destaparte los ojos. No se que se te puede ocurrir hacer a partir de ese momento. A mi se me ocurren muchas cosas...

Creo que te ofreceré mis labios y mi lengua con un húmedo beso. Mientras destapo tus ojos podrás ver mi cara de deseo con los ojos entornados. Soltando nerviosa tus ataduras.

Y cuando estés libre te incorporarás para agarrarme. Pero yo ya me habré dado la vuelta dándote mi espalda. Antes de que puedas evitarlo, hundiré mi cabeza en la cama y empinaré mi culo, con las piernas bien abiertas, ofreciéndotelo todo para que lo disfrutes absolutamente.

-Vamos amor, fóllame fuerte. Disfrútame. Necesito sentirte muy dentro-

Si eres un buen amante, aún antes de penetrarme, me lamerás de nuevo y pasaras tus dedos por el centro de mi espalda. Agarrarás mis caderas, me penetrarás con un fuerte golpe, y te quedarás quieto así. Presionando contra mi. Sujetando mis caderas con fuerza, me retaras para que intente moverlas y entablaremos una lucha. Yo intentado moverlas en círculos, hacia los lados, adelante y atrás. Y tu reteniéndome con tus manos y manteniéndola bien clavada dentro.

Pero si no consigo liberarme al menos un poco comenzaré a contraer mi vagina rítmicamente, con fuerza, para que tu puedas sentir mis impulsos, mis acometidas. Para que sientas como con mi sexo también te succiono el tuyo, como si fuera otra boca.

Y tendrás que aflojar tus manos, dejarás que me mueva y a cada tanto volverás a regalarme otra embestida tuya. Cogerás mi vibrador y me lo pasaras por el clítoris. Acariciaras mi ano y me meterás un dedo, preparándolo quizás para que te reciba después.
-No me hagas sufrir mas. Follame por favor. Me voy a correr y quiero hacerlo contigo. Que te vacíes dentro de mi. Dame fuerte. Rómpeme el coño. Disfrútame como un animal-

Ya no creo que podamos controlar la situación ninguno de los dos. Me follarás con fuerza y yo acompasaré mis movimientos para que las sacudidas sean mas potentes. Sentiré que me rompes por dentro. Oiré tus gemidos. Notaré tus manos presionando y tu polla palpitando, regándome por dentro mientras me corro y una profunda sensación de placer invade cada para de mi. Será fantástico.

Creo que después de un polvo así, se me nublará la vista, mi voz temblará, como todo mi cuerpo, y cuando recupere un poco el ritmo de mi respiración solo podré darme la vuelta para abrazarte fuerte, besarte agradecida y amorosa, sentirte encima de mi y posiblemente dar rienda suelta a una risa nerviosa, síntoma inequívoco de mi felicidad.

Ahora creerás que mi fantasía ha llegado a su fin, pero si ves la habitación del hotel que he elegido para la ocasión, sabrás que no habrá hecho mas que empezar. Esa habrá sido solo la primera parte.
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A un amor
Posted:Dec 4, 2008 1:10 pm
Last Updated:Aug 11, 2009 5:01 pm
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Cuantas horas empleadas
buscando esa palabra que pueda definirte
Cuantas paginas buscadas
cuantos recuerdos, imagenes,
vivencias archivadas intentando conocer
el lugar de mi vida en el que encajas

Buscaba una palabra, un sentimiento,
una poesia, un verso,
Un simbolo para mi alma.
Quizas sol, luna, firmamento
Porque amor ya se me quedo pequeño
para definir como te siento

Buscaba una palabra grandilocuente
un gran efecto.
Y al volver a mi casa y sentirte lejos
en la soledad de mi cama di con ello.
No eres mi sol, ni mi luna, ni mi cielo,
que palabras muy bellas
pero me quedan muy lejos

Tu eres mi hogar. Y tu diras: solo eso?
Eres mi hogar, mi morada,
mi refugio, mi albergue, mi techo.
Alli donde, despues de cada pelea
de cada tropiezo de la vida diaria, vuelvo.

Donde me siento reconfortada,
desnuda de cuerpo y alma
libre de mordazas y complejos

Y cuando entro, y se cierran las puertas
con tu abrazo, me libero.
Dejo fluir un torrente de sentimientos
y me abro a la paz, la dulzura y el sosiego,
a la risa, a los gestos.

Tu eres mi hogar, y contigo me reencuentro

Tu eres solo eso...mi hogar

Y por eso te quiero.
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Las andanzas de Calixto y Melibea
Posted:Dec 3, 2008 2:22 pm
Last Updated:Jan 21, 2010 2:41 pm
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Si pudieramos transportar en el tiempo a dos personajes de novela del siglo XVI y los situáramos en nuestro tiempo, puede que ambos terminaran en HotMatch.com intercambiando correos. Podéis imaginar como serían esas misivas?

No es necesario. Mas allá de la ficción a continuación transcribo la comunicación real de dos usuarios de esta extraña y variopinta página que parecen sacados de La Celestina, a los que he dado en llamar Calixto y Melibea.

Espero que os guste. A mi me resulto original, emocionante y divertido.

Solo quería decirte que creo que tenemos ciertas coincidencias en nuestras preferencias de búsqueda de contactos que podrían hacer que nos entendiéramos muy bien y que pasáramos ratos de soledad, en nuestra intimidad, muy agradables. Si aceptas el reto te espero, si decides buscarme hazlo por mi nick, me encontrarás muy pronto. Un besito.

Me encantan los retos pero, como podría yo hacerte perder la conciencia, si soy solo una mujer?
Por cierto, tu foto es de nota.


Quizá eso sea lo que más atractivo haga el reto, que seas solo una mujer, provocadora, divertida, sensual, femenina, con carácter... Solamente una mujer, nada más y nada menos.
Arrojado queda mi guante a vuestros pies, modesta dama. Ahora solo falta que optéis por recogerlo y golpeéis con él el pecho de este vuestro humilde y atrevido caballero.
Se os besa la mano.


Y ella, con una sonrisa maliciosa se agachó a recoger el guante, y al hacerlo, el escote de su vestido se ahueco lo suficiente como para dejar entrever la curva de sus pechos. Lo recogió lentamente, consciente de la mirada atenta de aquel humilde caballero, con el que intercambió una mirada traviesa. "Acepto el reto" dijo casi en un susurro, mientras lanzaba con cierta parsimonia, el guante recogido contra el pecho de aquel desconocido.
Te toca!! Jijijiji


Me seduce vuestro atrevimiento, me gustan vuestras formas, me provocan vuestros pechos. Permitidme serenar mi alma, recuperar mi tez normal y que el rubor que me invadió desaparezca. Vuestras pupilas se han clavado en las mías haciéndome bajar la mirada. Mi vista se desvió curiosa a vuestros carnosos labios, furtiva a vuestro generoso escote. Permitidme aproximar mis labios al lóbulo de vuestra oreja, permitidme susurraros al oído: ¿No hay demasiados cortesanos presentes para batirnos en éste, nuestro tan íntimo duelo?. Sentid mi aliento en vuestro cuello mientras mis manos atrevidas os ciñen la cintura, mientras mi osada nariz decanta el perfume que aflora por vuestro delicado y aterciopelado cuello.
Responded, mi señora: ¿Acaso no afloró un escalofrío al sentir mis labios en vuestra piel?, mi cuerpo lo sintió, lo disfrutó.
Dama y señora mía, deseo ese duelo.


Los cortesanos se han desvanecido como por ensalmo cuando he sentido el casi imperceptible roce tu pómulo en mi mejilla. Tu perfumado y cálido aliento, como estocada certera en mi ya débil voluntad, ha incendiado mi alma y avivado mis mas oscuros deseos. Solo la firmeza de tus manos en torno a mi cintura han evitado el trastabilleo nervioso al que me habrían sometido mis temblorosas rodillas.
¿Si afloró un escalofrío, preguntáis, al sentir el roce de tus labios en mi cuello? Millones de mariposas aletearon en mi pecho desbocado. Una miríada de pequeñas descargas eléctricas se precipitaron desde mi bajo vientre, encabritando cada parte de mi ser. Mi ser...que había dejado de serlo consciente de haber encontrado dueño.
Trágico duelo el que afronto, teniendo la feliz certeza de haber perdido la batalla de antemano. Dulce derrota la mía, si finalmente abandono mi lucha entre tus brazos.
Mi dulcísimo caballero, captor de voluntades y hacedor de anhelos...el duelo está servido.


Dama y señora, los ví huir, más pensé que fuera por mi porte, humilde y desaliñado, y no pensé que se desvanecieran presagiando lo que pudiera acontecer. Mi perfumado y cálido aliento, como vos decís no es sino un vago reflejo de la tempura y del aroma que concentro cuando atrapáis mi mente. No lo sintáis como estocada, más bien quisiera ser la llama que enciende vuestra fantasía, vuestros deseos, con la pasión que arde dentro de mi pecho, con la hoguera que me quema en el cuerpo. Prendeos de mí, sentidme vuestra tea.
Mis manos os sujetan mas no por mucho tiempo quedarán quedas. Vuestros ojos me lo piden, vuestro cuerpo lo desea, mis manos ansían recorreros.
Habláis de mariposas, leves y gráciles seres, que os acariciaron con sus ligeras alas cuando lo que yo sentí fue un potro desbocado cabalgando dentro de mí, galopando en mi pecho, sintiendo su alocada carrera por la pradera de mi abdomen hasta llegar al valle de mi ombligo y detenerse en el bosque de mi bajo vientre.
Más que trágico es interesante el duelo en sí, pero mi señora, no lo deis por vencido, afronto con gusto empresas difíciles con la vista siempre en éxitos posibles. Será todo un honor para mí participar en tan sugerente y atractivo envite, pero por lo que más améis, luchad, será un combate entre iguales, sin superioridades, sin ventajas, diría más..., sin floretes, sin armas. Será una lucha cuerpo a cuerpo, mirada por mirada, beso a beso, caricia y abrazo, donde no resultarán ganador y vencido sino dos seres fundidos en sólo uno.


Heme aquí de nuevo mi añorado y flamante caballero. Espero y deseo que no hayáis osado acariciar la idea de que os hubiera abandonado. Mi ánimo ha sido presa de una ansiedad desacostumbrada por volver a escribiros de nuevo y, aunque mi mente y mi cuerpo parecían estar prisioneros en un sinfín de cadenas terrenales, cada poro de mi ser sentía, segundo a segundo, el calor de vuestra llama. Vuestras palabras se han acomodado en mi interior y han poblado mi alma. Sois aquel mundo paralelo que toda mujer ha soñado. Revulsivo de lo vulgar y lo cotidiano, crisol de mis sueños y deseos. Promesa de delirios y besos perfumados.
Me invitáis a luchar en vuestra misiva. Una lucha sin vencedores ni vencidos me prometéis y a fe mía que soy luchadora. Mi querida madre me trajo a este mundo en una tórrida tarde de julio y mi destino quedó marcado para siempre por el influjo de la luna. Ese espejo caprichoso que se mueve a la velocidad de nuestros pasos, que rige nuestras mareas, y nuestros partos. Y como la luna soy, cambiante y ambivalente. Puedo mostrarme combativa por momentos y rendirme en unos labios, los vuestros, al momento siguiente. Ser práctica y soñadora, sutil e irreverente, tímida y descocada. Quizás pueda enloqueceros!! Aún estáis dispuesto??


Mi amada señora, el desconcierto se apoderó de mi ser al no verme correspondido, más al ver vuestro distinguido remite en la nueva misiva mi corazón se agitó en mi pecho, víctima de la emoción. Sentisteis ansiedad decís, al escribirme de nuevo, sin embargo, corto quedo si proclamo que la pluma que dirijo y el tintero que la sacia, presa en mi torpe mano, apenas escribir sabe, pues mis nervios me delatan, hacen que mi cuerpo tiemble, provocan que mi mente vaga busque y busque las palabras, que una vez en el papel plasmadas, vos podáis entenderlas, y si dudas os asaltan me hagáis llegar las cuestiones, para desde mi humilde plumier, dejaros las dudas claras. No dudo de vuestras dotes, dudo de mi pericia, pues se que vos, mi señora, ávida lectora sois, y sé que yo, pobre diablo, por más que lo intente y lo intento, de mi literatura naciente, apenas con el firmar doy. Generosa sois conmigo, bonitas palabras me dais, os agradezco el halago, más lo mío es innato, soy como vos me veis, educado, refinado…, pero sin alcanzaros pues, sois vos quien perfuma besos, sois vos quien promete delirios, sois vos quien me invita a excesos, delicados, caloricios, sugerentes y excitantes.
Luchad conmigo señora, mi corazón conquistasteis, os amo tal como sois, luchadora, ambivalente, cambiante y rendida a mis labios en el momento siguiente, qué palabras, qué expresiones, mi cuerpo estremecéis, pues no encuentro ese instante en que disfrutarlo pueda, en que la lid nos sorprenda, en que mis labios os rindan, como otrora nos contaran, en la rendición de Breda.
Venid pronto, mi princesa, venid presto con la luna, ¿dudáis de mi disposición?, lo que deseo es locura, sentiros tímida y descocada, sentiros práctica y soñadora, sentiros mujer y dama, sentiros hembra y señora.
Corred bella dama ahora, venid ligera a mi aldea, preguntad por mi nick, pues es así como mueve, la voz en voz de mi tierra, venid a este rudo hotel, tomad de él las tres primeras letras, buscad en mail el final, acabadlo como queda, poniendo punto y seguido de ese com que nos resta.
Venid, venid, venid rauda… hacedme vuestro señora, os lo ruego, os lo imploro, os deseo, mi ya os imagina, a vuestra disposición quedo, a vuestro capricho y vida.


No deberíais desconcertaros por mi aparente ausencia, pues aunque el hilo conductor de mis mensajes se vea por un tiempo interrumpido, bien podéis garantizar que mi pensamiento está con vos, y que cada parte de éste mi modesto cuerpo me recuerda con insistencia que ya no tiene otro fin en esta vida que el de ser poseído por el vuestro, y también a su vez el de poseeros. Cuando fluyen incontenibles estos pensamientos, se estremece y florecen en él el calor y el rocío del deseo. Y cuando mas os anhelo, más temo que llegue ese momento. Es demasiado perfecto este espejismo, demasiado prometedor ese oasis que me invita a caminar sin descanso a su epicentro. Y como espejismo que pueda ser, tal vez cuando ya esté cerca se desvanezca, se esfume, se evapore entre mis dedos.
Mi enamorado señor, que de innato tiene a gala ser, además de caballero, educado y refinado, bien podéis asegurar que la profunda pasión que destilan sus palabras y esa sensibilidad para encender, provocar mi ánimo de mujer, lo único que alientan esos besos perfumados, esos excesos calóricos y delicados y es por eso que no veo ningún merito en mi lado pues con toda garantía solo un hombre como vos puede procurar las musas que animan mi inspiración.
Y en pos de ese hombre inesperado, de un sueño perturbador, he corrido hacía esa aldea que me referisteis vos. Grabé con letra dorada en la llave del hotel, vuestro sobrenombre aquel. Mas el cruel infortunio ha jugado con los dos, que cuando entrasteis en él, ya me he marchado yo.

Y a fuerza de ser sincera he de decir que me alegro. Ya no quiero mas misivas, ni mas conocimientos. Solo quiero la batalla cuerpo a cuerpo, el brillo de una mirada, la fineza de unos dedos, los susurros, los alientos, el refugio de unos brazos…el cielo.
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